Verdades y sus consecuencias (Privado)

Salia de bañar con solo el pantalon puesto, pase frente a un espejo de cuerpo entero, contemplandome... mi vientre ya estaba bastante crecido, no demasiado, pero si me delataba, sonrei con una mezcla de felicidad y tristeza... Mi bebe crecia favorablemente... pero tambien hacia tres semanas que Ukyo no estaba conmigo, aquel diá que volvi no lo encontre, y desde entonces no lo habia visto más, tal vez era mejor así. Tome una camisa holgada que solia usar, me la coloque con cuidado, era de algodon pues el día estaba muy caluroso y cubria mi vientre haciendolo pasar desapercibido.

Sonrei levemente al espejo y sali de mi habitación, dirigiendome a una habitación contigua, abri la puerta entrando, encontrandome con una habitación color azul cielo, con repizas vacias, y con una gran ventana, en el centro habia una hermosa cuna al estilo gotico que yo mismo hice.

- Hijo mio- dije tocando mi vientre- aqui dormiras, todavia no la termino, pero espero te guste terminada- le dije con ternura, cuando escuche que llamaban a la puerta principal, sali de la habitación y la cerre con llave, nadie sabia de mi estado y no quería que lo descubrieran. guarde la llave en mi bolsillo y camine con cuidado hasta la puerta, abriendola, al ver al visitante junte todas mis fuerzas, para no llorar.

Hacía tres semanas que había abandonado la casa de Deo, lléndome sin decir adiós; estaba demasiado vulnerable aquel día como para siquiera dirijirle una palabra, ni hablar de despedirme de él, junto con Kirara llevé lo más escencial con el fin de hacer un solo viaje y así evitar cruzarme con la mirada indiferente que me había dirigido en la mañana.

Hasta el momento había estado bien, tenía todo lo escencial para pasar ese tiempo, pero ahora ya necesito un par de cosas que me han quedado allí, y no hay más remedio que ir a buscarlas. Al llegar golpeo a la puerta, viendo como sale a abrir, tan hermoso como siempre, como aún lo seguía recordando. Mi cuerpo quiere abalanzarse contra el suyo, abrazarlo y besarlo sin cesar, pero lucho contra mis deseos, sabiendo el desprecio que siente hacia mi, sin saber por qué.

-Lamento molestarte, solo vine por algunas pertenencias que deje aquí, las tomo y me voy- exclamo con la voz más fría que consigo, encerrando mis sentimientos en lo más profundo de mi alma, como lo hacía antes de conocerlo, era la única forma de controlarlos.

- Pasa...- le digo moviendome para que pasara, cerrando despues la puerta, sus palabras me duelen, pero me las meresco, prefiero su indiferencia a su desprecio- todo esta donde lo dejaste- digo con voz neutra, tengo calor, hace mucho calor, el asiente y camina hacia el cuarto, yo camino tras el cuando de repente se me pasa el calor... siento frio, mucho frio, me abrazo a mi mismo pero no cede, se me va el color de mis rostro, los labios se me ponen blancos y me flaquean la piernas, no logro ordenar a mis celulas que se regulen, siento que caigo... y no veo de que sostenerme. ¡NO DEBO CAER! ¡MI PEQUEÑO! ¡kAMI, NO ME DEJES CAER!

Ingreso cuando se hace a un lado, escuchando el sonido de la puerta al ser cerrada y luego sus palabras, las cuales han dejado de expresar la dulzura de hace casi un mes; por esto no quería regresar, prefería guardar el recuerdo de sus palabras tiernas, de sus miradas cargadas de amor, de los besos y caricias más cálidas que pudiese imaginar.

-Creo que...- digo volteando a verlo, quedando casi helado al notar su estado, pero reaccionando casi por acto reflejo para sostenerlo por la espalda al ver como comienza a caer. Lo rodeo con mis brazos, tocando su vientre, sintiendo que es de ahí de donde proviene un gran frío, creo que el hecho de controlar la temperatura me vuelve más perceptivo a estos fenómenos. Además de sentir ese cambio de temperatura, también noto como su vientre se encuentra levemente abultado.

-Deo...- susurro tomándolo en brazos y llevándolo al cuarto que poco tiempo atrás compartimos, depositándolo sobre la cama como varias veces antes lo había hecho. Coloco una mano sobre su vientre y le entrego algo de calor, intentando normalizar su temperatura, viendo como me observa con una expresión indescifrable en sus orbes carmín; me atrevo a preguntar, acariciando inconscientemente la zona sobre la que tenía mi mano- ¿Qué sucede aquí Deo?

Ya consciente noto como me da calor, tocando mi vientre, que mala pasada me jugaste pequeño, ahora Ukyo lo ha notado y me pide una explicación, tengo miedo, y creo que mis ojos lo demuestran, bajo la mirada.

- Yo... pues... nosotros...- trataba de encontrar las palabras, juego con mis manos, respiro hondo, debo enfrentarlo de una buena vez- Ukyo... te he tratado muy mal y tu no lo mereces, queria retrasar este momento- me disculpo con él, derramando unas silenciosas lágrimas- Yo... Ukyo... bueno... Estoy esperando- digo por fin, levantando mi mirada y viendolo a los ojos, noto como su cara se pone pálida mirandome de una manera que no se interpretar.

Mi mirada se pierde levemente, me hago lugar en la cama para sentarme o de seguro caeré; esperando... No, tiene que ser una broma, aunque lo comprobé... Pero puede ser cualquier otra cosa, no tiene precisamente que ser ese el motivo... Es hombre, no puede ser...

-Esperando...- digo tratando de verle a los ojos, aún algo confundido, intentando eliminar mis pensamientos de mi mente, quizás no sea nada de lo que imagino, quizás...- ¿A qué te refieres?

Respira profundamente, calmandome, ¿por que las cosas tenian que ser tan dificiles? Me miraba confundido y anhelante, hasta un poco incredulo, ¿Por que tenia que ser tan lindo?

- Me refiero...- dije con más seguridad y calma, desabotono mi camisa, dejandolo ver mi abdomen ya crecido- a que seremos padres- le confirmo.

-¿Seremos... padres?- mi voz se oye confundida y no es para menos, pensé que no podríamos tener hijos, ya estaba más que resignado a ello, pero ahora me dice que estamos esperando un niño... Intento asimilarlo, no se cómo puede eso estar sucediendo, él es un hombre, un demonio, pero hombre al fin; ¿es que acaso los demonios pueden quedar en estado?

Me siento algo mareado, mi vista comienza a nublarse con rapidez, intento mantenerme lo más estable posible pero mi estado me lo prohibe, demasiadas emociones juntas como para intentar controlarme; al final termino callendo sobre sus piernas, inconsciente.

- Era de esperarse... - suspiro resignado al verlo inconsciente sobre mis piernas- parece que si te impacto mucho la noticia- le digo acariciando sus cabellos, temo que me grite, que me insulte... temo más que me odie... pero tarde o temprano despertara... sera mejor que temprano, junto una pequeña cantidad de energia en mi dedo indice y toco su frente, ordenandole a su sistema que despierte, veo como comienza a abrir sus bellos ojos-

Mis ojos se abren lentamente, siendo lo primero que ven el bello rostro de Deo observándome. Comienzo a recordar los hechos más recientes, viendo a sus ojos aún recostado sobre sus piernas, con una duda dando vueltas en mi mente.

-¿Me tratabas así... solo por el niño?- pregunto intrigado, es la única respuesta que encuentro a la forma extraña en que comenzó a tratarme de la noche para el día; espero ansioso la respuesta.

- Yo...- las palabras se atoraban en mi garganta y lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos- estaba confundido... yo, no lo esperaba... tenia miedo, miedo que me odiaras, que me miraras con asco... miedo de no poder ser un buen padre- dirigi mis manos a mi rostro, cubriendolo con verguenza- miedo... miedo de que tu no quisieras tener familia- quite mis manos de mi rostro, mirandolo con entereza- el dia que me di cuenta... yo te queria lejos, que no lo notaras... y sali... y... decidi con tu apoyo o sin el, saldria adelante, pero...volvi...y no estabas... y lo tome como una señal de que no debia decirtelo... - las lágrimas se habian detenido, y lo miraba con fuerza, con determinación de que cualquiera que fuese su respuesta... la aceptaria y saldria adelante como siempre lo hebia hecho en mis casi dos milenios de vida..

Con dos de mis dedos seco el rastro de lágrimas mientras lo escucho hablar, me hieren internamente sus palabras, ¿cómo pudo habérsele siquiera cruzado por la mente el que fuera a dejarlo con algo así? Inclusive si no quisiera tener una familia no podría dejar de lado mi deber, tanto él como yo tenemos la misma responsabilidad sobre este ser que se está formando en su vientre.

-Jamás vuelvas a hacerlo- digo con voz seria, siendo acompañadas mis palabras por la misma seriedad en mi mirada, noto que se tensa levemente y en seguida tomo una de sus manos, entrelazando nuestros dedos- Solo te lo perdono porque la situación es especial, pero nunca más quiero que pienses que no te apoyaré, y menos con algo tan importante como lo es un hijo. Ambos tenemos la misma responsabilidad, fue "culpa" de ambos; no quiero que con esto pienses que lo hago por obligación, siempre quise tener una familia, para demostrar que sería mejor de lo que fueron mis padres, para demostrar que existen demonios con sentimientos- explico apretando fuertement su mano- Estaba dispuesto a ceder a mi deseo de ser padre para estar contigo, pero ahora que se que puedo tener ambos no existe nada en este universo que me haga más feliz que ésto.

Me siento en la cama, mirándolo de frente, atrayénolo hacia mi para besarlo, liberando nuevamente mis sentimientos, demostrándole el inmenso amor que nunca dejé de sentir por él; cuando nos separamos me tiro literalmente sobre él, con sumo cuidado para no hacerle daño al niño, mi niño, NUESTRO niño, y lo abrazo protectoramente, tentándolo a que nunca más piense en dejarme, por el motivo que fuese.

-Yo me fui ese día porque no te soportaba- susurro cerca de su oído, escondiendo mi cabeza entre su cabello- No soportaba tu actitud, la forma en que me hablabas y mirabas, las palabras que utilizabas y tus acciones... Sentía que esa semana que habíamos pasado juntos no había significado nada para tí, y eso me dañaba demasiado, me mataba lentamente... De no haber sido por el apoyo de Kirara yo...- cayo repentinamente al darme cuenta de lo que estaba por decir, eso no ocurrió, gracias a Kami-sama no ocurrió, no me hubiese alcanzado la eternidad para arrepentirme si hubiese abandonado a mis niños, mi precioso Deo y el pequeño que dará a luz.

-¿Cuándo nacerá?- pregunto bastante intrigado, ahora viéndolo a los ojos, notando que derrama unas finas lágrimas- ¿Por qué lloras? ¿Te hice daño?- me alejo un poco de él, sentándome sobre la cama a su lado- Perdón, fui un tonto, no pensé en que podría hacerte daño al tirarme sobre tí, lo siento, discúlpame.

- no, ¿Hacerme daño? Lo único que has hecho es hacerme muy feliz- le digo limpiandome las lagrimas, arrojandome con cuidado sobre él, besandolo nuevamente y abrazandolo de una manera necesitada- Fui un idiota, pero te prometo que tratare de mejorar, por ustedes dos- le digo sonriendole con una dulzura infinita, demostrando una felicidad tan grande que no cabe en mi, me acuesto junto a él, mirandolo feliz de la vida.

- Contestando a tu pregunta- le digo haciendo memoria- si mi memoria no faya... nacera exactamente en dos meses- le digo sonrojandome levemente, ante la simple idea de tener al pequeño entre mis brazos, como su padre se encontraba en ese momento-

Casi inconscientemente acaricio su vientre de ya un mes; un mes que no pude hacerlo, que no pude notarte crecer. Transmito algo de calor a su interior, ofreciendo una leve caricia al niño y de paso tentándolo a mantenerse estable, pues no quiero que vuelva a darnos un susto como el de hace rato, aunque de no haber sido por él jamás hubiese sabido que existía.

-Gracias pequeño- susurro levemente, viendo con ternura la abultada barriguita donde se encuentra nuestro niño, el pequeño que dentro de tan solo dos meses podré tener en brazos- No quiero volver a alejarme de ustedes- susurro viendo ahora a mi Deo, directo a los ojos, acariciando su mejilla mientras alejo un mechoncito que cae rebelde sobre su rostro.

Siento un agradable calor en mi vientre, se siente tan curioso, que yo solo me sonrojo ante la sensación, tal vez sea demasiada sensibilidad.

- Pequeño travieso, lo primero que haces es asustar a tu...- sintio una desagradable sensación en su garganta, asco, se puso verde... se bajo de la cama y salio corriendo al baño... vomitando.

- blororrsjd... de acuerdo, no te regaño...- decia a su pequeño mientras seguia vomitando.

Solo veo a Deo salir corriendo hacia el baño, a medio regaño, para vomitar; sonrío divertido ante la situación, tal parece que tendremos un pequeño bastante caprichoso, no quiero ni imaginar lo que hará cuando se encapriche si ya desde ahora da problemitas.

-Amor, creo que deberás vivir estos próximos dos meses en el baño si planeas seguir regañando a Kay- exclamo divertido, haciendo memoria luego de mis propias palabras; ¿Kay? ¿Por qué habré dicho eso? Me recuesto en la cam observando el techo algo pensativo... Kay... Me gusta ese nombre, suena bonito.

- Es más facil ser paciente que establecerme en el baño- digo suspirando, derrotado, me causa algo de gracia que un pequeño que a penas da señales de vida me venza... pero soy debil ante este ser tan hermoso que tengo el honor de llevar en mi

- ¿Kay?- me levanto con cuidado, saliendo del baño y sentandome en el borde de la cama- creo que había pensado en todo menos en el nombre- reflexione recordando el cuarto continuo, sonriendo- Kay... Kay... suena muy bien, es un lindo nombre- dije, colocando una mano en mi vientre y sonriendo con ternura- ¿A ti te gusta pequeño?- pregunte, sintiendome lleno de energía, no podía dejar de sonreir... me sentía tan feliz.

Gateo sobre la cama y me siento detrás suyo, abriendo mis piernas para que quede entre ambas con su espalda recostada a mi pecho; mis brazos le rodean la cintura, colándose entre la camisa para depositarse sobre el desnudo vientre, acariciándolo con ternura.

-Me alegra que te guste- susurro suavemente al oído de mi niño, besando su cuello con ternura mientras sigo acariciando su vientre, bajando hacia el pantalón, acariciando su miembro por sobre la tela del mismo con una de mos manos mientras que la otra sube hacia s pecho, acariciando una de las tetillas.

- ah... Ukyo- enrojesco por la acción de mi amado, mordiendome el labio, mi estado me volvia demasiado sensible- yo...- quería estar con él... pero dudaba y la extrema sensibilidad que tenia no ayudaba mucho...

- No me provoques... - le pido bastante enrojecido- temo no poder controlarme y hacerle daño al pequeño- le confieso mi temor mirandolo con unos ojos llenos de ternura y deseo.

Sonrío divertido al notar que con el mínimo tacto comienza a gemir levemente, pero aun asi lo hace, se ha vuelto sumamente sensible hasta a la más mínima caricia. Escucho sus palabras, está preocupado por el pequeño y lo entiendo, a mi me pasa lo mismo, bajo de la cama y me inco frente a él, viendo su rostro levemente sonrojado mientras una de mis manos acaricia sus largos cabellos.

-No te preocupes mi amor, no haré nada que dañe al bebé- advierto para tranquilizarlo mientras mis manos viajan al botón del pantalón, desprendiéndolo para luego bajar la cremallera, liberando poco a poco su semi erección de la prisión de tela- olvídate de mi ahora, solo preocúpate por disfrutar, no haré más que esto, lo prometo.

Acerco mis labios a su miembro, comenzando a lamerlo lentamente, desplazando mi lengua desde la base hasta la punta para luego introducirlo en mi boca, sintiendo como comienza a crecer dentro. Una de mis manos acaricia sus testículos mientras mi boca se mueve de abajo hacia arriba lentamente, deteniendose en el glande para succionar con suavidad y luego volver a bajar, con mi lengua acaricio toda la extensión en el proceso y con mis labios ejerzo una leve presión.

- Te Amo... Ukyo- Le digo con dulzura, mirandolo de una manera tierna sin que se borrara ese sonrrojo de mis mejillas, lo veo bajar mi cremallera y acercarse a mi miembro- ahhh...- dejo escapar un gemido al sentir la calidez de su boca, aferro la cobija con las manos para no perderme en el placer, su lengua experta me hace casi delirar y ver a mi sensual novio atenderme me hace exitarme aun más, respiro con dificultad, gimiendo levemente- ahh... ahhh...- entrecierro los ojos y me muerdo el labio inferior, tratando de controlarme, pero lo sensible que me he puesto con mi condición me lo dificulta.

- ah...- muevo mi cabeza hechando mi largo cabello hacia atras, sintiendo un hormigueo recorrer mi columna- ahhh... Ukyo... no... puedo... ¡ahhhh!- me vengo en su boca hechando mi cabeza hacia atras por la oleada de placer.

Voy acelerando el ritmo a medida que sus gemidos aumentan su intensidad mientras una de mis manos acaricia sus testículos para otorgarle mayor placer aún. Cuando escucho su advertencia de que está próximo a venirse, acrecentada con el sabor del líquido pre seminal que yace en mi boca, me enfoco solo en su glande, succionando mientras masturbo el tronco con una de mis manos hasta sentirlo eyacular en mi cavidad. Bebo todo el líquido, alejándome de su miembro para observarlo, mientras relamo mis labios para limpiar el poco de semen que se escapaba por las comisuras, tumbándolo luego en la cama y recostándome a su lado, besándolo, dándole a probar su propio sabor. Al separarme de sus labios lo observo sentado a su lado, respirando un poquito agitado.

-Me alegra haber venido hoy, sino quizás no me hubiese enterado nunca de que sería padre, aunque no me hubiese molestado que me lo hicieras saber de otra forma que dándome la sorpresa de mi vida.

Hablo con voz suave, aterciopelada, elevando un poco la camisa de Deo para poder acariciar su hinchada barriguita, tan suave al tacto, sintiendo un leve calorcito manar de ella al que respondo del mismo modo.

Me recuesta en la cama besandome con dulzura dandome a probar mi sabor, yo lo correspondo gustoso, notando lo mucho que lo habia extrañado.

- Lo siento... pero él decidio por mi- me disculpo sonriendo levemente, con ternura; Sintiendo como Ukyo acaricia mi vientre y una suave tibieza circula por mi cuerpo, para luego sentir como como la mano de Ukyo brinda aun más tibieza- parece que esta ansioso de estar contigo y feliz de que sepas que existe- le digo alargando la mano para acariciar su cabello- sera un niño inteligente y fuerte, por que parece que heredara tus poderes- dije con una sonrisa llena de felicidad- y muy bonito si tambien hereda tu atractivo- digo bajando mi mano para acariciar su rostro.

Sonrío suavemente ante su comentario, también me siento bien al saber sobre él, me había resignado ya a no poder tener hijos por estar con Deo, y ahora descubro que puedo tener ambos... Eso me hace tanto bien. Lo observo cuando siento su mano sobre mis cabellos, disfrutando de la suave caricia que me regala.

-Eso parece, a menos que los cambie al momento de nacer.

Curvo mis labios hacia un lado en una sonrisa traviesa mientras mi mano no deja de acariciar su barriga, en la cual se encuentra nuestro bebé, el pequeño que no veo el momento de tener en brazos. Lo miro a los ojos divertido ante su comentario.

-En ese sentido prefiero que se parezca a ti, aunque los demás demonios no se cansarían de acosarlo ya desde pequeño... Pobre de ellos si me llego a enterar de algo así

Sonrio al ver a mi adorado Ukyo tan feliz mientras acaricia mi vientre, sieto una agradable tibieza en mi interior y cierro mis ojos disfrutando de la sensación, en este momento, no creo que en todo el universo haya alguien más feliz que yo.

- pues, no recuerdo que a mi me hayan acosado- dije con una pequeña risita divertida- creo que seras un padre celoso y sobreprotector- dije acercandome y dandole un corto y suave beso en los labios, la verdad, creo que puede no ser el unico sobreprotector, yo estoy dispuesto a carbonizar a cualquiera que le quiera hacer algun daño a mi bebe.